lunes, 14 de septiembre de 2009

ENSAYO: CIENCIA PARA TODOS


Durante muchos años se ha criticado la poca importancia que se le da a la ciencia. Muchos dicen que la culpa es de los profesores, estos dicen que la culpa es de los alumnos, los padres de familia critican al sistema, y así continua la cadena. Al final nadie sabe nada y entonces surge la cuestión ¿Quiénes son los que realmente aprenden de la ciencia?
La ciencia no es tomada por la mayoría de la gente como parte de la realidad, sin embargo, sigue presente aunque no la consideremos. Por tal motivo, este documento tiene como propósito argumentar la tesis: la ciencia está al alcance de todos. Si nos ponemos a pensar en todo lo que nos rodea, podremos darnos cuenta de la comprobación de esta tesis. Pero no está de más que un tercero la demuestre, ya que no siempre valoramos lo que tenemos.
Para eso se manejarán dos variables: la educación formal y la no formal. En la primero tenemos a los docentes, alumnos e instituciones. En la segunda tenemos a la gente que no tiene, o no tuvo, la oportunidad de asistir a una escuela. En estos dos casos entra la participación de los padres, porque son los que más expresan sus opiniones sobre el tema.
Los padres de familia dicen:
“Los profesores y los programas están cayendo al mínimo común denominador” (Sagan, Car, 1998). Tal vez tengan un poco de razón al juzgar de esta manera, ya que ellos también fueron alumnos y vivieron estos procesos de enseñanza en donde los alumnos tienen que memorizar conceptos. Cuantos de nosotros no recibimos una clase en donde las ciencias tenían poca importancia y cuando las retomábamos eran sólo para memorizar.
A pesar de estas prácticas, los padres de familia, y ahora los jóvenes tienen un acercamiento con las ciencias, pues bien o mal, lo que se sabe en su mayoría es por asistir a las escuelas. Los libros de texto que nos brindaba la institución, los pocos experimentos que se llevaron a cabo en el salón de clase, las observaciones de fenómenos, etc.; ayudaron en este proceso. Lo que nos dice que la educación formal es la que más nos alcanza a la ciencia.
Por otro lado, cuesta trabajo creer que la gente que no recibió una educación formal tenga un acercamiento a la ciencia. Pero aunque sea increíble, la gente también aprende de la ciencia a partir del medio, claro, eso no sustituye a las escuelas, pero al último se aprende.
Las personas que no tuvieron la oportunidad de asistir a una escuela aprenden del medio cuando observan los fenómenos naturales, cuando hacen comparaciones de ellos y analizan. Si vemos detalladamente estas actividades, se están siguiendo los pasos del método de investigación científica, aunque no se dé de manera formal.
Existen algunas instituciones que se están preocupando por que la gente se adentre al estudio de la ciencias. Aunque parezca que el mundo globalizado gira más entorno a lo administrativo, no es así, pues para que exista la globalización se plantean proyectos científicos que mejoran la vida humana, o la empeoran. En fin, aquí podemos mostrar un ejemplo de lo que se trabaja en esas instituciones:
“El enorme meteorito de hierro metálico que tiene usted delante está lleno de
agujeros como un queso suizo. Cautelosamente estire el brazo para tocarlo. Es
suave y frío…”
Como podemos ver todos tenemos aunque sea un mínimo de alcance con la ciencia. Lo que falta es que nos interesemos un poco más en ella y que dejemos de echarles la bolita a los demás para justificar la importancia que le da cada uno de nosotros. Todos tenemos algo de interés por la ciencia, hay que aprovechar esa pequeña cantidad para lograr un aprendizaje cada vez más completo.

Referencia bibliográfica
Sagan, Carl (1998), "La casa en llamas", en El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad, México, SEP (Biblioteca para la actualización del maestro),.

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